jueves, 12 de octubre de 2017

Sólo a veces

A veces le hablo al viento, duermo en sombra y recojo flores para adornarme de vida. Escucho grillos en mi oreja y bailo desnuda bajo la niebla, para sentir la tierra húmeda tocar mi piel.
También me tumbo en el suelo y canto historias sin nombre, hasta que los labios se me sequen y tenga excusa para estar en cama por semana.
Y sigo tomandome la última gota de ron de tu vaso, así puedo perderme en sueños de segunda mano y galopar a lomos de un libro, ponerme lencería un viernes noche y escuchar la voz del mar susurrarme los sentidos.

A veces sólo espero a que La Luna se vuelva a conjurar para poder sacar el sofá al patio y contemplarla desnuda jugar con el brillo de tus ojos. Y escucharte a lo lejos susurrar una canción muda con tu guitarra, para poder despeinar mis raíces, y enlazar mis muslos con el viento.
También te dibujo en mis sueños, como flor silvestre, y nado en el cosmos de tus pupilas para poder secarme con tus labios

A veces soy esquina de cielo y piedra en montaña, así puedo observarte danzar al compás de los planetas, o leerte unos versos cálidos, de buena noche, de buen viaje.
También soy azul, y a veces púrpura, para esconderme tras las nubes y empujarlas al llanto, para que así, de vez en cuando, te acuerdes de ser alma libre y me llames por mi nombre.

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